jueves, 5 de marzo de 2009

El canalla sentimental / Jaime Bayly


Ficha técnica:

PLANETA
2008
01 ed.
Colección: AUTORES ESPAÑOLES E IBEROAMERICANOS
ISBN: 978-84-08-08194-4
EAN: 978840808194
450 páginas
RUSTICA

Argumento:

En primera persona, Jaimito, un hombre en la cuarentena, cuenta su peculiar vida (pasada y presente). Jaimito vive solo en Miami donde graba su programa de televisión, Sofía, su ex mujer, vive con sus dos hijas en Lima, y su novio, Martín, en Buenos Aires. Jaime viaja constantemente a estas tres ciudades para atender a las diferentes facetas de su vida. Odia y ama con la misma intensidad la televisión... aunque por lo general le trae muchos problemas. Adora vivir solo y tener el piso lleno de calcetines, clips... Siempre tiene frío, es un frío crónico, así que se viste con seis pares de calcetines, cuatro jerséis, siempre amarillos o rojos. Ha mentido tanto que ya no sabe distinguir su verdad, en el caso de que ésta exista. Con su ex mujer tiene una buenísima relación y adora a sus hijas, a las cuales concede todos los caprichos del mundo con tal de verlas felices y riendo. Martín, su novio, se lleva muy bien con sus hijas pero no con su ex mujer, que no le perdona que publicara un libro en el que contaba la relación con Jaime. Ridículo, brillante, divertido, impredecible, gamberro, canalla, ocurrente, temible, real, el protagonista de esta novela es el ser más contradictorio que imaginarse pueda. Un ser caprichoso que se ríe de sí mismo y que no está dispuesto a callarse por vergüenza, un chico grande, famoso por su descaro: Jaime Bayly. Ésta es su novela más divertida y sincera.

El autor:

Perú (Lima, 1965)
Nació el 19 de febrero de 1965 en el barrio de Miraflores, en la capital del Perú. De carácter “tímido y un tanto travieso”, como gustaba definir su infancia. Fiel cumplidor de sus obligaciones infantiles, estudia en el colegio Markham, en donde puso más empeño en jugar al fútbol que en estudiar matemáticas. Al terminar sus estudios, su madre le mandó a hacer prácticas al diario La Prensa, cuyo director tenía buenas relaciones con la familia. Aquella etapa terminó cuando quebró el propio diario.

Estudiante mediocre y de carácter un tanto díscolo, en 1982 ingresó en la Universidad Católica para estudiar Derecho con escaso éxito.

Hasta que no tuvo 25 años no empezó a tomarse en serio la disciplina narrativa, encontrando su vocación más duradera, después de haberlo hecho en radio y televisión con desigual fortuna. Desde entonces no ha podido dejar de escribir. Como dice: “Es una condena y una bendición, y no dudo que también mi vocación más verdadera y creo que perdurable”.

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